Este sábado tuve una nueva jornada de pesca en embarcación junto con Agustín y Aitor. Las condiciones eran más que óptimas tras el paso de los temporales de las semanas pasadas, nota de ello pudo tomar Agustín con su gran pesca del jueves.
Nos situamos a unos 30 metros en busca de sardas de sargos, así es como las llaman por el norte, bancos de éstos espáridos que cada vez se acercan más a la costa. Llegan tiempos de freza.
La mañana estuvo poco animada, con un mar muy oscuro, tomado y aunque no había corriente de fondo que siempre dificulta, las picadas eran con cuenta gotas.
Siempre salía alguna pieza que rondaba el kilo pero esperábamos mucho más.
En las horas muertas del día, para mí a partir de las 12, nos dedicamos a charlar. Entre lance y lance, escuchar historias de pesca de una persona con tantas jornadas en sus manos es todo un placer.
El día estaba precioso, con un sol que te hacia cargar las pilas para la semana y te adormecía tras el almuerzo.
Unas cuantas cabras también atacaron el vinilo, en pocos metros estuve rascando el fondo…poco resultado.
Este pequeño, pero no menos peligroso, cabracho (Scorpaena scrofa) salía. Con una segura y buena manipulación para soltarlo, de nuevo al agua!!!.
Se acabo el día ahnelando a nuestros queridos sargos, ya sea desde embarcación o corchenado desde la costa, les estamos esperando con muchas ganas para que nos hagan pasar esas grandes jornadas de pesca.
Hasta pronto…