Aguas gélidas, cursos de los ríos altos, embalses soltando agua y temperaturas muy bajas son las predominantes en estos principios de temporada.

En cuanto a las truchas, esquivas como siempre, y su actividad prácticamente escasa. Busqué desde primera hora de la mañana esa gran trucha de principios de temporada en los ríos que dejan sus aguas al pantano aunque sabía que los ejemplares más grandes estarían situados en aguas más profundas, esperando que los bancos de negrillos, loinas y bermejuelas comiencen a moverse en primavera.

Pese a que las condiciones del pantano y ambientales inducían a pensar que no iba a poder disfrutar de las truchas, una picada a la ninfa me hizo librar el bolo y poder tocar la primera del año.

Era el primer día que iba con las mismas sensaciones que otros años en este entorno. Mañanas álgidas, duras y con la población de trucha desaparecida, las hemos echado de menos y por ello volveremos, esto no ha hecho más que empezar.

Hasta pronto…

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