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Ayer miércoles nos cogimos un día de vacaciones y nos fuimos a pasar una jornada de pesca solitos que hacía mucho que Dani no me acompañaba. Y es que me tiene un poco abandonado, pero bueno a este se le perdona todo y es que es un grande.
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A las 7:30 ya estábamos en la orilla del mar, con ese olor a salitre que en un día entre semana aún gusta más.
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Teníamos macizo de anchoa, unos 10kg , y langostinos para encarnar. La mar traía golpes bastante fuertes pero en cuanto se quedaba un poco bien picaban constantemente y alguno iba saliendo de buen tamaño.
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La mañana transcurrió bien. Clavé una salpa de unos 2kg y me rompió el hilo mientras la subía. El siguiente lance clavé un sargo y mi puntero hizo crack, así que tuve que sacar el kit de urgencias, cambiar el puntero, anillarlo y vuelta a la carga.
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Dani devolviendo al mar uno de los sargos pequeños que salían. En esta ocasión, tuvimos muchas picadas y nuestros langostinos se iban gastando a buen ritmo.
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Tras pasar la mañana nos pusimos a comer y decidimos irnos a la zona entre Lekeitio y Ondarroa en busca de alguna puesta resguardada del viento.
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Bajamos y tras macizar y estar pescando una hora más o menos no tuvimos ni picada, por lo cuál a limpiar el pescado y para casita.
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Esto es lo que nos llevamos. Habríamos sacado más pescado ya que daba la sensación que estaban con ganas por la mañana pero entre el viento y el fuerte oleaje no se pudo más. Nosotros muy contentos, esto es más que suficiente para disfrutar de ellos bien cocinados.
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Fotito para el recuerdo y para casita que llevábamos todo el día danzando.
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